Hoy en día es muy popular un entretenimiento cuyos antecedentes se remontan al siglo XVII. Disfruta de millones de seguidores y ha generado mucha polémica. ¿De qué estamos hablando? Del fenómeno conocido como fanfiction. ¿Qué es esto? Bueno, se trata de fans que se dedican a "tunear" sus historias favoritas (ya sea que provengan de un cómic, una serie de TV o una película). En inglés, su nombre significa ficción creada por fanáticos, y puede hallarse en diferentes formatos: textos, videos e imágenes.
Los sitios de Internet que archivan estas obras son cada vez más numerosos y populares. Uno de los más conocidos y visitados es FanFiction.net, el cual posee más de un millón de usuarios y más de 900 mil relatos originales en más de 30 idiomas.
Según los defensores del género, la fanfiction "es una forma de reparar el daño causado en un sistema donde los mitos contemporáneos son propiedad de corporaciones en lugar de pertenecer al pueblo". Esta y otras opiniones surgen del hecho real de que la difusión de esta práctica pone en jaque los conceptos legales de autor y derechos de propiedad intelectual.
Para las productoras, la apropiación de sus personajes que hacen los autores de fanfiction violan sus derechos. Entre los verdaderos autores de, las opiniones están divididas: algunos impulsan, fomentan y autorizan estas ficciones; mientras que a otros les desagrada el empleo que la fanfiction hace de sus personajes.
En mi caso, me parece fantástico que cada vez más personas puedan participar de sus historias favoritas y expresarse de esta manera. Además, creo que es muy positivo ya que los fans no sólo participan, sino teorizan sobre este nuevo cibergénero. Ellos se encargan de catalogar los archivos por género, hacer críticas, dar consejos e incluso orientar a los nuevos autores, impulsando así la libre expresión.
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